Vivimos en una sociedad cada vez mas cambiante, mas acelerada, en una vorágine de consumo. Una sociedad en la que todo vale, a cualquier precio. En un mundo donde los recursos son finitos. Nuevos retos se añaden a los ya conocidos, tales como la digitalización, la robotización, el cambio climático, nuevas formas de violencia… retos que pueden provocar miedos e incertidumbres.
Pero hoy sí podemos decir que hay una alternativa; que hay una respuesta donde es posible afrontar estos retos, siendo un esfuerzo conjunto. Un plan de acción mundial para hacer frente a la pobreza, garantizar el bienestar de las personas y cuidar el planeta en el que vivimos. Un plan no guiado desde el miedo, sino basado en los valores universales de la justicia, la solidaridad, y los Derechos Humanos donde las personas se sitúan en un primer plano, sin discriminación de sexo u origen y sea cual sea su condición, que el planeta sea igualmente una prioridad y en continua alianza con todas las personas que habitamos el mundo: La Agenda 2030. Un compromiso que no sólo atañe a los gobiernos de todos los países del planeta, sino que interpela a las empresas, a las organizaciones no gubernamentales, a las universidades, sindicatos, a ti como ciudadano o ciudadana. La Agenda 2030 se aprobó en el año 2015 en Asamblea de la ONU participando 193 países, ampliando y consolidando aquéllos que fueron sus predecesores, los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la primera conferencia mundial para hacer frente a los problemas globales.
Esta Agenda consta de los 17 ya conocidos Objetivos de Desarrollo Sostenible (en adelante, ODS) y es una agenda abierta, orientada a todos los países del mundo y de todas las personas. Todos los ODS están interconectados entre sí, es decir, el éxito de uno involucra cuestiones vinculadas a otro, de esta manera si trabajamos el ODS 13 (Acción por el clima) incidimos directamente sobre el ODS 3 (Salud y Bienestar), a modo de ejemplo.
No más «adquirir, usar y tirar»
Esta Agenda de la sociedad, nos viene a decir que hay que cambiar la manera de hacer las cosas. No se pueden hacer de la misma forma, hay que incorporar la economía circular, la economía digital (más eficiente en términos de recursos), es hacer más con menos, siendo éste un lenguaje de los ODS que guarda sintonía con la experiencia práctica de las empresas. Toca replantearnos la forma en la que vivimos, nos vestimos y en la que nos movemos, pero principalmente nuestra manera de producir y consumir, la cual está basada en una economía lineal (adquirir, usar y tirar). Estamos llamados a este cambio que nos exige nuestro compromiso adquirido en la Agenda 2030. Y las empresas, juegan un papel muy importante.
Teniendo en cuenta los tres ejes de la sostenibilidad (ambiental, social y económica), la sostenibilidad empresarial es ya una prioridad en los objetivos generales de las pequeñas, medianas y grandes empresas. Tomando como referencia la definición de APD (Asociación para el Progreso de la Dirección) “la sostenibilidad empresarial hace referencia a la capacidad de realizar las actividades durante un tiempo prolongado, teniendo en cuenta criterios sociales, económicos y ambientales que aseguren la continuidad del negocio. Además, debe convertirse en una prioridad para los empresarios, ya que es un factor que contribuye a aumentar la buena imagen de las entidades.”
En otras palabras, las empresas con un desarrollo sostenible no buscan exclusivamente la rentabilidad, sino que también se preocupan por proteger el medioambiente y realizar un reparto más equitativo de los recursos y las ganancias.
Entre otros ejemplos, nos encontramos con SAMU (Servicio de Asistencia Médica de Urgencias SA) y Fundación SAMU, que en su afán de avanzar en una sociedad más justa, consolidó el Área de Sostenibilidad en el año 2018, incorporando a sus objetivos empresariales, los ODS, haciendo partícipes del cumplimiento de la Agenda 2030 no sólo a sus más de mil trabajadores, sino a las personas beneficiarias de los servicios que presta. ¿De qué manera? Aplicando economía circular, utilizando fuentes de energía renovable, implantando nuevos proyectos medioambientales, valorando cuidadosamente a sus proveedores que mantengan una línea ética y sostenible con sus productos, promoción de convenios con entidades colaboradoras para actuaciones conjuntas, etc.
Cada vez somos más quienes apostamos y trabajamos por una realidad sostenible. Juntos es posible. Por nosotros y la generación venidera. Tú sí puedes ser el cambio.
Rocío Alvarez Pineda
Directora de Sostenibilidad SAMU.